Estar "blog-queado"

Ya me encuentro en mi tercera entrada.......y estoy bloqueado! !No se me ocurre sobre qué escribir! Pienso que esto de estar esperando a que empiecen las vacaciones me dejan las neuronas justas para cumplir en el trabajo, comer, echarme la siesta y poco más...menos mal que por las tardes-noches parece que resurjo algo y soy capaz de tener una conversación minimamente interesante. Afortunados pues, los/las amigos/as (no se me queje la ministra de la desigualdad) con los que quedo a esas horas, ya que me pueden ver articular palabras, incluso frases, en vez de sufrir cómo esbozo una sonrisa de medio lado mientras mi mente transmite un bip ........bip..............bip....................bip..bip..bip (sólo se acelera cuando veo acercarse las marineras, placer culinario donde los haya, a la mesa del bar en el que nos encontramos). Así pues, amigos en estado veraniego, en lucha contra el hastío y cansancio pre-vacacional (el post ya se verá en septiembre) os propongo, por 0 céntimos de euribor (Dios! cómo me gusta el "Un, dos, tres"), formas de combatir dicho hastío, como por ejemplo: Ir por la calle, con 40 grados a la sombra, degustando un tinto de verano escanciado por una gorra de diseño. Un, dos, tres, piense por esta vez...


Los "Prados soleados" de Estelle

"Imaginaos, Sicilia 1935, una pobre muchacha de provincias..." ¿Que persona que haya vivido su infancia o adolescencia en los 80 no recuerda esa frase típica de Sofía Petrilo con la que comenzaba historias ejemplificadoras, otras (ejem) no tanto, ambientadas en la Italia de la tercera década del siglo XX?. Bien, reconozco que hay que ser un poco mitómano en general y de "Las chicas de Oro" en particular, para recordar exactamente la frase. Pero es que yo soy un (poquito) mitómano empedernido.

Esta mañana estaba viendo la noticia del final de Ot (otro mito, (más que mito, "mitito") pero más devaluado), cuando dieron la noticia de la muerte a los 88 años de Estelle Getty, la actriz que dió vida maravillosamente y con un punto inigualable de sarcasmo a Sofía Petrilo, personaje clásico televisivo donde los haya.

Te sientes algo raro, se te eriza un poco la piel, y se dibuja una media sonrisa que parece querer despedir a la actriz-personaje que ves en la pantalla, como queriendo decirle: "Gracias...gracias por haberme hecho reir tanto en momentos que lo necesitaba. Sobre todo, gracias".

De cómo y por qué me gusta mi mochila...y yo sin saberlo.

Hay cosas que tenemos ahí, a nuestro lado, que de por sí no significan nada importante, pero que sin embargo casi siempre elegimos para tenerlas cerca.
Un ejemplo de ello es mi mochila. Tengo varias: de viaje, tipo maletin, grandes, muy grandes, pequeñas, bandoleras, de propanganda....y la mochila de Nike.
Antes de que algún cultureta diga, piense, deje entrever que puedo ser del tipo de persona "No sin mi marca pija", le diré que no tiene razón en pensar eso y que en parte la tiene. Las marcas siempre me han dado algo igual, nunca fui un niño que quisiera esas zapatillas que anunciaban (mi madre me compraba solamente las míticas "Paredes", pero porque eran las que yo, niño inquieto, más tardaba en romper), ni chandals que te hacían correr más y mejor...creo que ni mis juguetes eran de marca alguna (con excepción del familiar "Superpoly").
Y por eso valoro el tener, siendo más mayor, algo de marca, pero por el esfuerzo que conlleva. Esfuerzo que yo asociaba ( y aún asocio) a una recompensa: "que si te portas bien te compro......que si me apruebas todo te llevo a..." Y ya más crecidito con las autorrecompensas del tipo: "Si dejo que me saquen sangre sin ponerme blanco, me desayuno un chocolate con churros.......si pierdo dos kilos me desayuno un chocolate con churros (en este caso la recompensa anula a la promesa)" . Es curioso como las autorrecompensas son más sencillas con el paso del tiempo. Me gusta eso.
Esto...yo hablaba de una mochila ¿no?. Detalle intrínseco mío, las digresiones constantes. Pues bien, un día en un centro de los llamados actualmente "Outlet"(y cuando yo compre la mochila era "La Serreta" con restos de El Corte Inglés) con elementos varios de marca de fuera de temporada, buscando y rebuscando encontré una mochila de Nike a muy buen precio, y como recompensa a algún acto futuro o venidero me la regalé. La mochila me acompañó en excursiones, en visitas a la casa familiar, en el gimnasio,...incluso llevó el material de la exposición oral en mi oposición. No se me puede negar que cuando hago una compra que se sale del presupuesto no la amortizo.
Y tantas cosas importantes en las que yo había elegido mi mochila de Nike para que me acompañara y yo sin reparar en ello. Hasta anoche. Estaba hablando por messenger con uno de estos amigos con los que te expresas mejor escribiendo que hablando, y tenía puesta una foto mía del verano pasado en las playas italianas. Pero, cosas de la red, mi amigo veía una que yo había tenido puesta el día anterior, en este caso de este verano en las playas españolas. Así, el messenger no había actualizado la foto de un día para otro. Y aquí surgió todo. Después de una conversación de besugos entre mi amigo y yo, en la que nos deciamos cosas como: "sí, la foto en la que estás en la playa......sí, sí, esa en la que tienes cara de interesante (soy de los que piensan: si has descubierto una mirada que te favorece en las fotos mantenla per secula seculorum, ya se trate de la foto de tu comunión, de un parque de atracciones o de una ficha policial)"....total que nos costó darnos cuenta de que se trataban de fotos diferentes, y cuando lo advertimos empecé a defender mis siete diferencias entre las parecidas fotos, diciendo algo así como...."tio, las fotos están hechas desde diferentes ángulos, tienen otro fondo, el pelo es diferente, en una de ellas está mi mochila de Nike detrás.....y.......y......y en la otra también está....la mochila", en la misma situación espacial, justo detrás de mi y yo medio apoyado a su lado.
Y me quedé ahí pensando en las veces que había utilizado la mochila para cosas relevantes sin haberme percatado...... pensando en eso, fíjate tú qué cosas. Pensando en la importancia de las pequeñas cosas que apreciamos sin percibirlo. Me gustó también pensar en eso.
P.D. Mi mochila de Nike, la pobre, no siempre me fue infalible. En una ocasión había quedado para hacer una excursión con alguien que me gustaba mucho y como sabía que le gustaban las cosas de marca (sí, ya lo sé, en contra de lo que yo defendía, pero el amor te hace eso), me llevé la mochila de Nike así como el que no quiere la cosa, para hacerme el interesante descuidado por las marcas. Y vaya si se dio cuenta de mi supermochila...."Ah, una mochila de Nike (yo ya dibujaba mi sonrisa de aparente complacencia)...umm creo que es de la temporada pasada, ¿no?" (Y aquí me convertí con mi sonrisa a medio hacer, en un personaje de Ally McBeal fragmentándome en pedacitos que fueron a parar al suelo). Y contesté algo así como: "....pero, pero, esto,...con el hambre que hay en el mundo me va a importar a mi si es de esta temporada o de la anterior...." (y seguí esperando a que recogieran mis trocitos enamorados de chico de No-marcas del suelo).