Mi vuelta al cole...

Pues sí, hoy he vuelto al "cole", bueno, al curro en su defecto. Y todo bien, es lo bueno de volver una semana antes que casi todo el mundo, te da tiempo a organizarte, a archivar los montones de papeles y correo que tenía encima de la mesa, a asombrarte por los nuevos bocadillos que hay para almorzar y disfrutar de demás maravillas del mundo civilizado.

De pequeñito casi nunca dormía antes del primer día de colegio, me levantaba antes que nadie dedicándome a pasear por el pasillo hasta que mi madre, la pobre, se empezaba a despertar musitando "estehijomionotieneremedioayseñor" . Ahora que lo veo con distancia, mis ganas de que empezara el cole no eran tanto por la emoción de: comenzar un curso, los amigos, los nuevos libros...ya que también tenía el reverso: los deberes, los matones y que los libros solían ser prestados. Era más bien porque....me aburría un montón en verano, y es que el ser un chico de interior sin posibilidad de playa hacía el verano muuuuuy largo y lo de Carlitos Alcántara y sus apasionantes vacaciones rurales en "Cuentamé" distaban mucho de mi realidad de "pueblo casi ciudad pero más pueblo que otra cosa". Por eso, el nuevo curso, en cambio, significaba estar en acción (como evitar al chulillo de clase, el cual, a veces te invitaba muy amablemente, al terminar el horario escolar, a tomar un poco de aire fresco a su lado, mediante la frase "!Al salir me esperas!").

En este caso, este año, a este nuevo "cole" tenía ganas de volver para centrarme en ciertas cosas y afrontar los típicos pequeños retos que nos ponemos a la vuelta al curro. Como ir al gimnasio por ejemplo (para saber más sobre esta enajenación mental, siga leyendo).

"Para volver al gimnasio lo que necesito son unos guantes nuevos, para que las manos no se me queden en carne viva" y con un pensamiento tan razonado me recorrí varias tiendas de deportes sin suerte, buscaba unos en concreto, hasta que llegué a la tienda perfecta con su atento dependiente (no diré el nombre de la tienda para no darle "cancha" al tema). Le pregunto por los guantes y me señala con el dedo índice un lugar de la tienda, intento seguir el halo de luz que ha creado en esa dirección y deducir a dónde narices se refiere. Veo un par de guantes (no es que no viera más por mi torpeza, es que en toda la tienda sólo tenía un par de guantes), y le pregunto: "Perdona, ¿no tienes otros modelos?"...Y me dice: "No, bueno, sí, también los tengo en modelo de chica". "!Ey, estupendo!, pues me llevo esos de chica junto a ese top de tenista a lo Navratilova y esos calentadores a lo Eva Nasarre, aquí tienes mi Visa". Tendría que haberle contestado eso a ver cómo reaccionaba, pero fui bueno y dije algo así como "Emm...no, gracias por todo, hasta luego" y mientras salía de la tienda murmuré algo así como "los guantes de chica se los compras a tu madre".....¿Veis? con cosas como ésta quién se motiva para ir al gimnasio, a ver si mañana hay más suerte y menos dependiente listo.

P.D. Una notita final para un compa (referente para mi) bloguero: las marineras son un aperitivo típico de esta zona murciana (que yo sepa al menos). Sobre una rosquilla de pan tienes ensaladilla rusa y encima de la misma una anchoa. Tres cosas sencillas que por separado nunca me habian gustado en demasía, pero que al combinarse fueron para mi como el LSD para los hippies, todo un mundo de sensaciones. Aquí una imagen atestigüa el aperitivo en cuestión (que sepas Ariel que soportar la cara alucinada de la gente del bar viendo cómo colocaba una marinera en diferentes focos de luz para ver cómo podía salir mejor y fotografiarla con el móvil, me costará varias sesiones de terapia...pero bueno, me hizo mucha ilusión que me contestaras así que.....truma menos, traumas más....que más da).

!!Feliz vuelta al cole!!